TikTok marcará el ritmo de la música en 2023
Escuchar más de 20 horas de música a la semana sería impensable hace tan solo una década, pero ahora es ya el consumo medio en el mundo, según la Federación Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI). Y es que nuestra relación con la música se ha fortalecido, con creces, en los últimos años. Pero también ha ido cambiando y adaptándose para seguir funcionando. Y así lo hará, también, en el nuevo año.
UN AÑO PARA LA ESTABILIZACIÓN
Tras dos años muy complicados, parece que la industria de la música podrá coger por fin el 2023, agitarlo con fuerza, y convertirlo en un cóctel que, aunque no sepa a gloria, al menos funcione. Eso sí, puede que muchos no sepan cómo elaborarlo. “Es un año de transición, para tener claros los movimientos, tratando de minimizar los riesgos, y para trabajar pensando en el futuro”, afirma Javier Arnáiz, director de Mad Cool. Tras los sonados descalabros vividos en 2022, muchos ojos estarán puestos precisamente en el auge de oferta de música en directo que se avecina. “Va a haber una gran proliferación de festivales, que además convivirán con los formatos surgidos en la pandemia, como los ciclos, lo que puede desembocar en una posible saturación de oferta”, cometa Tali Carreto, director del Monkey Week. Si habrá o no público suficiente para tanto evento será clave, pero no lo único. La profesionalización y la experiencia definirán su supervivencia, haciendo que 2023 sea el año de la consagración o de la estocada final de muchas de las citas musicales patrias.
EL ‘STREAMING’, EL AUGE DE UNA EXPERIENCIA CADA VEZ MÁS PERSONALIZADA
El ‘aquí y ahora’ marcará de nuevo la forma en la que escuchamos música, con un consumo cada vez más voraz e inmediato, lo que hará que el ‘streaming’ siga siendo el rey, superando incluso el 32% del consumo musical que representa en la actualidad, según IFPI. Y todo apunta a que seguirá creciendo tanto en número de usuarios diarios como de subscriptores. Y eso que estos últimos ya superan los 616 millones de personas en todo el mundo, con Spotify liderando el ránking a escala global. Algo que parece que, de momento, no va cambiar, aunque sí lo haga su funcionamiento.
“En 2023 veremos cómo la personalización en la experiencia de usuario será clave tanto para los artistas, como para los fans y la industria. Y uno de nuestros objetivos es que sea cada vez más interactiva”, recalca Melanie Parejo, Head of Music para el sur de Europa en Spotify. Una tendencia a la que se suma también el crecimiento de otro tipos de consumos vía streaming. Y es que música y vídeo se darán aún más la mano en 2023, potenciándose mutuamente a través del ‘streaming’ de vídeo largo, que ya ocupa la segunda posición en consumo musical, el auge de plataformas de vídeo corto como Tiktok y el consumo de música en redes sociales.
DE ‘HIT’ EN ‘HIT’, DE ‘PLAYLIST’ EN ‘PLAYLIST’
Nos esperan canciones de vida corta, pero intensa, como muchas de las grandes estrellas que seguimos recordando, aunque en este caso la inmensa mayoría no pasará de dejar un destello fugaz. ‘Hits’ de corta duración (solo 3 de las 10 más escuchados en Spotify en 2022 supera los 3 minutos) que descubriremos en gran medida gracias a las ‘playlists’ y a las recomendaciones del algoritmo. Y es que, tal y como afirma Carreto, “los medios están perdiendo su fuerza prescriptora frente al algoritmo y la gente está dejando de buscar activamente, haciendo que se de un criterio musical mucho más pasivo”.
Engullimos lo que nos dan, pero parece no importarnos demasiado esta alimentación forzada. Una realidad que el próximo año no solo condicionará el modo en el que descubrimos o consumimos música, sino también la forma de componerla y promocionarla. Y aunque el concepto de disco como tal no morirá, todo apunta a que “ir sacando singles va a seguir siendo tendencia, porque además es también una forma de fidelizar a un fan que sigue buscando este tipo de consumo más inmediato”, afirma Carlos Galán, CEO y fundador de Subterfuge Records.
HACIA UN SONIDO MÁS ABIERTO, SIN NORMAS NI PREJUICIOS
¿Y a qué sonarán esos hits de 2023? Afortunadamente la policía del género, acostumbrada a cuestionar la integridad de un artista en base a unos absurdos límites preestablecidos, estará ya totalmente fuera de servicio. La combinación de estilos, la desaparición de sus fronteras y la experimentación sonora marcarán el sonido de 2023. ¿Será el año de la muerte del concepto ‘género3’ tal y como lo habíamos conocido hasta ahora?.
Lo cierto es que “vamos hacia un mundo más abierto, con artistas y festivales sin un género claro, ya que esta delimitación está cada vez más obsoleta”, afirma Luis Fernández, CEO de Sonido Muchacho y A&R Universal Music. Un movimiento que podría llevarnos a un periodo muy rico a nivel artístico.
Eso sí, nadie duda de que en 2023 las caderas de medio mundo se seguirán moviendo al ritmo de la música urbana y latina. Un mercado en el que los artístas españoles parece que tendrán mucho que decir el año que viene.
“Esto va de ciclos y ahora le toca a España, con artistas nacionales, más exportables, que están en el ojo de todo Latinoamérica”, destaca César Lores, director de ADA Iberia. Músicos que, probablemente, también coquetarán con diferentes sonidos e incluso quizá con algunas de las tendencias sonoras que parece que crecerán el año que viene, como la electrónica y su versión más dura: el techno. Sonidos que convivirán con el regreso de grandes hits de épocas pasadas, una tendencia impulsada por las propias discográficas, la ficción y por plataformas como TikTok.
TIKTOK MARCARÁ EL RITMO EN 2023
De observarla tan solo de reojo, y hasta con cierta burla, a convertirse en la niña bonita del sector. Si hay una plataforma a la que consumidores, artistas, ‘managers’ y discográficas mirarán más que nunca el próximo año esa será TikTok, ya que no solo crecerá más rápido que ninguna en número de usuarios (se espera que llegue a los 2.000 millones en 2024), sino que además podría cambiar por completo las reglas del juego en el sector. TiKtok va a ser el lugar donde descubrir nueva música, además de redescubrir éxitos pasados. Y la frasecita de “es cosa de jóvenes” dejará de asociarse a la plataforma, ya que será cada vez más una tendencia intergeneracional. Además, se posicionará como el escaparate elegido por una gran mayoría de artistas para promocionarse, especialmente los emergentes.
“Será el sitio donde encontrar nuevos talentos y eso es algo que ya muchos están sabiendo aprovechar para tener una carrera de crecimiento, convirtiéndose en una clara tendencia”, destaca Lores. Además de su fuerza prescriptora, “y ser el sitio donde más cosas nuevas van a pasar, va a ser también una plataforma donde se consuma música y lo van a saber monetizar”, afirma Fernández, haciendo referencia a ese posible cambio de modelo de negocio de TikTok que mantiene atento a toda la industria musical.
Conciertos sí, pero en persona. A pesar de que ya conocemos muchas experiencias en este mundo virtual, la mayoría de expertos coincide en que no estará todavía profesionalizado para el año que viene, y más en el caso de España. Es pronto, pero todos tienen claro que el salto real y masivo al metaverso acabará llegando. Si conseguirán o no esos conciertos virtuales removernos igual por dentro… es otra historia. Porque un concierto, además, no es solo lo que pasa sobre el escenario, cuya sensación por otra parte será muy difícil de igualar, sino también la experiencia en vivo conjunta, en persona. Quién sabe si quizá nos sorprendamos en un futuro, por raro que parezca, hasta echando de menos el calor sofocante de la masa, los pogos y los empujones a diestro y siniestro y hasta el aliento en el cogote de las primeras filas. Podría.
Lo que está claro es que de momento 2023 será un año de desarrollo, de prueba y error, hacia la nueva experiencia del futuro. Y no será la única tendencia virtual, ya que también se espera que sigan creciendo el mercado de los NFT’S en la industria musical. “Llevan ya años activos y servirán no solo para generar negocio, sino también para generar comunidad fan alrededor del artista”, añade Carreto. Una prueba más de cómo el peso de lo físico comienza a desdibujarse, o a recolocarse, en torno al mundo virtual que está por llegar.
Fuente: https://www.elmundo.es/