Ray Olán, un salsero que vive cargado de sazón

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“Vamos a gozar, oye qué rico y qué bueno está vamos a gozar, oye que rico y que bueno está”, reza en la agitada introducción de ‘Sason’, tema con el que el músico neoyorquino de ascendencia boricua Ray Olán se popularizó en Barranquilla desde finales de la década sesentera.

Desde entonces no ha parado de sonar en estaderos, turbos y en cualquier esquinas en la que se congregue más de un salsero quienes apenas escuchan la pieza comienzan a agitar su cuerpo.

Es increíble que un solo tema lo haya mantenido atado al palpitar del barranquillero, ese que apenas escucha a Olán sacudir el piano con sus dedos, no duda en pararse de la silla para bailar con su swing arrebata’o.

Este será uno de los invitados a la edición XVII del Carnaval Internacional de las Artes, evento que se cumplirá del 19 al 23 de abril y que tendrá en este pianista y arreglista estadounidense la gran cuota para el concierto de clausura que se cumplirá en la concha acústica del Parque Sagrado Corazón.

En Ray están conjugados el sabor del bajo Manhattan y el más crudo de los sonidos de Brooklyn. En sus manos reposa el sonido de la vieja guardia sonera que aún se sostiene en los principios fundamentales de una música que identifica solo a las grandes leyendas de un movimiento musical y cultural que se negó rotundamente al olvido. Es por ello que en sus uñas lleva pintadas unas notas musicales. Sus lentes redondos y sombrero negro, le dan un aire señorial que soporta con un discurso reflexivo.

Son 54 años de trayectoria con los que cuenta, y en su última etapa el talento de este artista ha trascendido al teatro, el cine y la televisión, al desempeñarse como director musical. Además ha venido desarrollando un interesante trabajo con los niños, acercándolos a través de procesos lúdico-pedagógicos a la música y a las artes escénicas.

“En Nueva York empecé a hacer salsa cuando era muy joven. Primero andaba tocando Rock en los tiempos de los Beatles. Yo tocaba en la escuela desde que tenía los 13 años. Me gustaba mucho el Rock, es más sino me hubiese dedicado a la salsa, fuera un ‘Rockstar’. Mi papá era flautista puertorriqueño y por eso las fiestas del barrio eran en mi casa. A los 13 años ya estaba en las tarimas, la primera canción que hice fue Soy Música”.

Sobre la creación de su icónico tema comentó que fue logrado después de muchos ensayos.

“Vivía impregnado de los sonidos de la calle, así que desde la primera nota lo que hice fue invitar al que la escuche a bailar. Todo el mundo quiere gozar con el ritmo, tú estás en un estadero con tu pareja y escuchas esas primeras palabras de ‘vamos a gozar’ y te motiva a salir a la pista a darla toda”.

Sobre la letra contó que es el recuento de lo que pasaba en su vida en ese momento.

“Cada canción tiene un símbolo y yo en ‘Sason’ expreso mucha alegría y goce, porque eso era lo que sentía en esa época, era muy joven y lo que he tratado es de mantener ese espíritu alegre”.