Fin al misterio: revelan causas de la muerte de Tina Turner

“Tina Turner murió por causas naturales”, asegura el tabloide londinense, de acuerdo con lo que le contaron sus representantes.

La muerte de la cantante, en Zürich, Suiza, sorprendió este miércoles al mundo del espectáculo y desde el momento en que se supo no han parado los homenajes, reseñas, obituarios y mensajes de pesar por el suceso, tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales.

Sin embargo, el motivo de su fallecimiento, a los 83 años, fue un misterio desde un primer momento, aunque todo siempre apuntó a que tuviera que ver con los problemas de salud que Turner había padecido en los últimos años.

El Daily Mail dijo además que su entorno no fue específico acerca de la enfermedad que cobró su vida. Pero recordó que ella tenía problemas de presión arterial alta y cáncer intestinal. También se habla de que sufrió un derrame cerebral hace un tiempo.

A propósito, el diario también mencionó que ella admitió alguna vez que consideró el suicidio asistido en 2016, antes de que su esposo, Erwin Bach, quien le sobrevive, le donara un riñón.

Específicamente, Turner habló de ello en uno de los dos libros de memorias que escribió. No solo firmó el consentimiento para esta práctica con una organización especializada en ello, sino que empezó a prepararse mentalmente sobre la posibilidad de morir.

La crisis renal habría sido una consecuencia de la presión alta y llegó a ser tan grave que perdió las esperanzas. Pero Bach terminó salvándole la vida con su generosidad en 2017.

La artista inició su relación con Bach en 1985, un año estelar en su carrera, pues recogió premios y ganancias a granel por su álbum Private Dancer, que no solo la volvió a poner en el foco de atención luego de un periodo de declive, sino que la elevó a la “estratosfera del rock”, de acuerdo con The New York Times, gracias, particularmente, al éxito de What’s Love Got to do with it.

Tina contaba que provenía de una familia de “well-to-do farmers”, granjeros bien acomodados, de Brownsville, al norte de Memphis, Tennessee, pero que el clan se desintegró cuando ella estaba jovencita. Su madre, Zelma, no se llevaba bien con su padre, Floyd Bullock, quienes la llamaron Anna Mae, cuando nació el 26 de noviembre de 1939.

Tras la separación de sus padres se fue a vivir con su madre a East St. Louis, Illinois, siendo ya adolescente. En esa época, la gran diversión del lugar era ir a ver a Ike Turner y su grupo, Kings of the Rhythm.

Desde la mesa, acompañada por su hermana Alline, ella se tragaba las ganas que tenía de saltar a cantar al escenario. Hasta que, al año de comenzar a frecuentar el lugar donde se presentaban, el baterista de la banda le acercó el micrófono y ella empezó a mostrar su talento.

Todos quedaron electrizados al oír su potente voz y lo demás es historia. Ike Turner fue uno de los más impresionados y pronto la reclutó.

Primero, la tuvo como una especie de suplente. Un día que otra artista no pudo asistir a la grabación de A fool in love, ella tomó el puesto y la canción se trepó al segundo lugar en la lista de Billboard en el género R&B y el número 27 en la categoría pop. Así comenzó uno de los mejores dúos de los años 60, tan buenos que los Rolling Stones los pedían como teloneros. Su desempeño en las listas siguió siendo inmejorable.

Los expertos aseguran que Tina no solo le dio al grupo su toque, con esa voz ronca y presencia escénica tan poderosa, sino que tuvo la intuición de mezclar su estilo con las nuevas propuestas de The Beatles y los propios Stones.

Entre ella y su marido, Ike Turner, pronto surgió el amor y se casaron, pero el matrimonio fracasó, porque él le daba fuertes golpizas y una “vida de perros” a causa de su adicción a la cocaína. Una sobredosis lo mataría en 2007.

Tina llegó a decir que no le daba miedo que Ike la matara, porque ella estaba muerta en vida en ese matrimonio.

Finalmente, se armó de valor y lo dejó. Sin embargo, no se le hizo fácil consolidarse como solista, a pesar de que contaba con la admiración de un grande como Phil Spector. Llegó a cantar en bares de baja categoría y con números mediocres.

Todo cambió cuando se puso el manos de Roger Davies, el manager de Olivia Newton-John, fallecida también recientemente.

En 1979, Davies la animó a que retomara el tono arenoso en la voz y su estilo hard rock, que se volvieron los dos distintivos de su genio artístico y la encumbraron para siempre.

Los 180.000 espectadores que congregó en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, en 1988, batieron el récord de la mayor audiencia pagada para un artista de la música.

En 2000 su tour Twenty Four Seven vendió 100 millones de dólares en tiquetes por lo que Turner se convirtió en la solista que mas tiquetes de concierto ha vendido en la historia, según Guinnes World Records.

Como madre, su vida fue dura, pues Ron, su único hijo con Ike, murió de cáncer de colon el año pasado. Su otro hijo, Craig, fruto de su relación con Raymond Hill, se suicidó en 2018. Ella también crió a dos hijos de Ike, Ike Jr. y Michael.

Fuente: semana.com

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